Surgen
distintas décadas que van a marcar modas por varios fenómenos sociales: los medios de
comunicación, el cine, la televisión y la publicidad idealizarán un prototipo
de mujer que acaba marcando una moda en una determinada época. La
industria cosmética sufre un boom, ofreciendo un gran abanico de posibilidades
en productos de peluquería y cosmética
Hacia
1910 el maquillaje ya estaba muy extendido y se tiende a llevarlo de manera
natural. Se usan polvos de
Helena Rubinstein para quitar la artificialidad blanca
de los rostros de épocas anteriores. Se abre un nuevo salón de belleza de
Elisabeth Arden, rival de la norteamericana Rubinstein. Las dos firmas
rivalizarán por sacar nuevos productos al mercado y someter a las damas de la
alta sociedad a tratamientos faciales periódicos.
Cuando finaliza la guerra el prototipo de mujer cambió y todas querían parecer
peligrosas y enigmáticas. El pelo se llevaba corto como los chicos y los ojos
se destacaban con khöl, los párpados oscuros y los labios en rojo intenso
dibujados en boca de piñón. Era un estereotipo de mujer que podía representar a
la vez a un ángel y a un demonio. Este tipo de mujer se mostraba enfundada en
fetiches eróticos como ropa interior de satén, pieles lujosas, kimonos de seda,
etc
Los
ojos se llevaban con raya negra y muy difuminada y en la cuenca del ojo sombra de color rojo o morado. Los labios en rojo oscuro en forma de boca de piñón y las
cejas cuidadosamente depiladas y se maquillaban para darles una forma circular.
El colorete en forma de mancha redondeada. El objetivo principal era la
provocación, no importaba que se fuera muy recargada. Las rubias se maquillaban
con tonos verdes y azules muy intensos mientras que las morenas optaban por
negros y marrones. Se quería conseguir el efecto de tener unos ojos muy grandes
y almendrados, para ello utilizaban mucho el khöl difuminado
El
maquillaje se democratiza y accede a todas las capas sociales cuyas mujeres
intentan imitar a sus actrices favoritas y a los grandes mitos de la época:
Marlene Dietrich, Greta Garbo. La
tendencia artificial de los años veinte se consideraba vulgar y prima una
apariencia más individual y natural. El rostro debía tener una limpieza
transparente como el de las estrellas de cine. Se usa lápiz para perfilar las
cejas cuidadosamente depiladas en semicírculo; sombras de ojos dorada,
plateada, en ocasiones combinada con marrón, azul o violeta; rimel o pestaña
postiza si era necesario, el colorete ya no es redondeado sino que se difumina
y la boca va perfilada dando forma de “arco de Cupido” y con carmín marrón o
gránate
La Segunda Guerra
Mundial supuso un paréntesis en los avances del maquillaje. Debido a la falta
de recursos la calidad del maquillaje dejaba mucho que desear y tuvieron que ingeniárselas con trucos como maquillar las pestañas con betún de botas y
las cejas con betún de zapatos, en el caso de las inglesas.
Después
de pasar el duro periodo de la Segunda Guerra Mundial el look que vuelve es más
dulce y suavizado. En 1953 aparece el primer fondo de maquillaje en emulsión
fluida llamado “Fluid Make-up”, haciendo que los fondos de maquillaje
cubrientes y espesos tipo pan-cake empezaran a tambalearse.
La
década de los 60 es la más importante en el siglo XX, para unos una época
dorada de nuevas libertades y para otros una década tenebrosa de poca moral,
autoridad y disciplina. El caso es que todo lo que supuso y tuvo lugar (moda,
música, filosofía, forma de vida....) actualmente sigue teniendo consecuencias
sociales, políticas y culturales. Las
corrientes feministas de los años 60 destacan la idea de la emancipación
suponiendo un gran cambio en la actitud de las mujeres y en su idea de la
belleza. Por primera vez se asocian las ideas de feminismo y feminidad y de ahí
surgen dos tendencias: las partidarias de la sofisticación y las que defienden
la naturalidad. El
prototipo de mujer lo encarna la modelo Twiggy, grandes ojos, delgada,
representa la ternura y un estilo transparente. Sombras de ojos de distintos
colores, línea oscura en los párpados superior e inferior, varias capas de
máscara e incluso pestañas postizas, cejas falsas y pétalos de flores pegados o
pintados.
Un
gran adelanto fueron los micatitanios, unas minúsculas pepitas de mica
recubiertas de una fina capa de dióxido de titanio totalmente inofensivas que
permitieron multiplicar los colores y desterrar para siempre las eosinas,
colorante utilizado hasta entonces que producía problemas de tolerancia. Nace
una nueva marca americana llamada
Clinique que ofrece por primera vez una línea
sobria en la que el envase pasa a un segundo plano y la idea es tratar
problemas específicos de la piel a la vez que embellecer.
Todas
las marcas de cosmética empiezan a concebir el maquillaje como un conjunto
armonioso que no omite ningún detalle y las mujeres han pasado a considerarlo
como un elemento indispensable en sus vidas. El concepto de estilo yuppi
reflejaba que tanto el maquillaje como el peinado y los complementos los
mantenía la propia mujer con su trabajo. En
los primeros años se da preferencia a los tonos fuertes aunque la mayoría sólo
se atreve a llevarlos por la noche. Durante el día la mujer trabajadora usa
tonos más naturales que lucen la belleza de un cutis cuidado y en tono mate. Es
muy importante la fusión entre el maquillaje, sombra y coloretes, han de ir muy
bien difuminados y sin marcar trazos visibles entre unos y otros. No se notan
los cortes entre la cara y el cuello y el tono es más natural, se toma
conciencia de que el sol envejece.
En
los primeros años de la década se lleva la estética neohippy, poco preocupada
por la belleza física y el atuendo. El look de las pasarelas de París, Milán o
Nueva York son modelos extremadamente delgadas y ojerosas como la top
KateMoss.
Ante
el poco cuidado por la estética la industria de la cosmética lanza al mercado
productos que prometen un aspecto natural: brillos translúcidos, mascaras
transparentes, hidratantes que unifican el color, etc. Los productos que más
éxito tienen son los multiuso que sirven para maquillar ojos, labios y pómulos. A
mediados de los noventa vuelve un pequeño
revival de los colores de los setenta y durante un par de temporadas las
cejas vuelven a llevarse muy depiladas y los párpados en tonalidades pastel
irisadas. Se utilizan recursos étnicos en el maquillaje como la henna y el
piercing se convierte casi en una forma de cosmética. Las caras se siguen
manteniendo en tono natural ya que la conciencia por los efectos nocivos del
sol cada vez esta más latente.
Hoy
por hoy, el mundo de la cosmética ha evolucionado hasta el punto de ser un
negocio que emplea más de quince mil empleos directos. Generando una industria
que en muchos países (Francia e Italia, por ejemplo) son parte importante
dentro de su economía. La
belleza en general, es una ciencia que se reinventa sin cesar. Activos
exclusivos, texturas extraordinarias, acordes inéditos de colores.