¿Por qué decimos que una cosa es bella y otra no?,
¿En qué nos basamos para definir la belleza? Éstas son algunas de las preguntas
que nos solemos hacer a lo largo de nuestra vida y que muchas veces se quedan
sin respuesta.
Hay que reconocer que una cosa es bella porque tiene armonía, porque es
contraria a lo feo, porque tiene unas características que lo hacen agradable a
la vista del observador. Algo bello puede ser desde un paisaje, una foto, una
flor, una persona agraciada, un amanecer etc… todas estas cosas las damos por
hecho que son bellas para todos porque así ha sido establecido siempre y nadie
puede estar en contra de que un atardecer es feo que el mar no tiene belleza
en sí. Son cosas que todo el mundo puede apreciar como bellas.
Otra cosa es la belleza en las personas. Eso es
algo mucho más complicado de entender. La belleza en los seres humanos es algo
subjetivo, cada persona puede tener una opinión diferente de lo que es bello o
no de un ser contrario. No a todos nos parecen
bellas o no bellas las mismas personas aunque hay que reconocer que algunos
individuos son más agraciados que otros y que armoniosamente o porque sus
facciones son casi perfectas pueden resultar bellos a todo el mundo. Nadie
puede negar que Angelina Jolie es una mujer agraciada, pero también puede ser que
personajes como Adrien Brody pueda dejar suspiros por dónde pasa sabiendo que
no tiene unas facciones armoniosas.
Por lo tanto, podríamos decir que la belleza está (como
muchas veces se ha dicho) en los ojos de quién mira. Hay objetos o personas que
son bellas de forma casi universal pero hay otras cosas que según la cultura,
la etnia, país o religión pueden ser vistas de diferente forma y para lo que
algunos es belleza para otros es fealdad. El concepto de belleza es por lo
tanto algo difícil de definir. Parece algo sencillo pero para nada, ya que cada
persona es diferente y por lo tanto subjetiva a entender o ver las cosas a su
manera.
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